La Juventus aprovechó el mal momento del Manchester City para sacar partido. Como ya lo hicieran Sporting CP o Feyenoord las dos últimas jornadas de Champions League, los de Thiago Motta se sumaron a la ola de golpear a un equipo herido, endosándoles un 2-0 en el Allianz Stadium que agranda aún más -si se puede- el pésimo momento de los de Pep Guardiola.
Nunca se hará costumbre ver al City con tantas casillas rojas y amarillas en sus últimos resultados. Pocas verdes, porque la única victoria reciente fue ante el Nottingham Forest el pasado 4 de diciembre. O lo que es lo mismo, sumaban seis derrotas y dos empates en los últimos nueve choques de todas las competiciones antes de aterrizar en Turín, todo ante una ‘Vecchia Signora’ que tampoco estaba para echar cohetes: contaban por empates sus últimos cuatro partidos tanto en Serie A como en Liga de Campeones.
Poca voluntad, eso sí, mostró el equipo inglés en romper el cero durante la primera parte. El trámite fue bastante soso con un Kevin de Bruyne sin chispa, Erling Haaland encerrado y Gündogan incapaz de romper el cerrojo juventino. Aunque tampoco se preocupó el local, firmando las tablas al descanso con beneplácito. Lo más destacado fue un remate lejano de Kenan Yildiz que rozó el poste derecho de Ederson, aunque pudo zanjar el trámite sin ver caer su portería. No podría decir lo mismo para la segunda parte.
Tras salir de vestuarios, el City enchufó un par de jugadas interesantes que pudieron significar el 0-1. En las botas de Gündogan estuvo otra buena oportunidad, pero esta vez la zaga de Di Gregorio despejó el peligro. Le hubiera gustado a Ederson contar con la misma suerte. Al 53′, un centro por banda de Yildiz encontró como rematador a Vlahovic dentro del área. El ariete serbio le ganó el salto a Gvardiol y martilló sin piedad, facturando el 1-0.
El caos volvía a las cabezas de los futbolistas del City, imaginando lo que sería encajar una nueva derrota. Intentó sacudirse con sendas chances de Bernardo Silva y De Bruyne, pero el poco tino se ensañó con ellos. Contraste claro con una Juve que tosió y metió el 2-0, armando un contraataque que McKennie finiquitó con una volea espectacular. Bastó para tumbar a los británicos y celebrarlo como una final. No es para menos. No todos los días se deja al City en la 22ª casilla de la liguilla de Champions League.