La llegada triunfal del plantel de Botafogo a su casa, Río de Janeiro, fue acompañada según las autoridades por unos 10.000 hinchas deseosos de ver a sus jugadores, al entrenador portugués Artur Jorge y al codiciado trofeo obtenido a expensas de Atlético Mineiro, la Copa Libertadores.
La copa pasó de mano en mano sobre un camión sin techo que precedió el desfile triunfal de los seguidores del club albinegro.
El Glorioso aterrizó en Río de Janeiro después de las 16.00 horas (19.00 GMT), pero muchos de los hinchas ya estaban acampando desde la mañana en la Avenida Naciones Unidas, que permaneció cerrada al tránsito durante casi todo el día para garantizar la seguridad y el orden durante los festejos.
Muchos de los botafoguenses recién llegaban de Buenos Aires, adonde viajaron para ver en el estadio Monumental el partido ganado por 1-3 al Atlético Mineiro.