Ni Vinicius, ni Bellingham, ni Modric… el héroe del Real Madrid fue un delantero gallego de 34 años que después de un largo periplo por Alemania (Hoffenheim, Eintracht y Hannover), Inglaterra (Stoke City y Newcastle) y dos descensos consecutivos con Alavés y Espanyol desembarcaba en el equipo de sus amores tras haber marcado 30 goles en las dos últimas temporadas ligueras.
Cuando el partido terminó, la enfervorecida hinchada blanca grito un nombre que no fue ni el de Bellingham ni el de Vinícius: el cántico que tronó en el Bernabéu fue un estruendoso «Joselu, Joselu, Joselu«. «Uno siempre sueña con estar en el momento. El primer gol es de estar listo, de estar en la jugada. Estaban fatigados y esos minutos se notan. Uno sueña con tener noches así, en mis sueños no es tan bonito como los de hoy, como el que he vivido esta noche. Siempre lo he dicho, he venido a ayudar y a aportar. Ancelotti sabía lo que podía aportar y al final feliz por lo que he podido dar. Feliz por ganar una Liga y estar en una final de Champions«, dijo.