Ronald Koeman no vivió la etapa más fácil en Barcelona para liderar al equipo desde el banquillo. El técnico neerlandés firmó en verano de 2020 tras el final de las competiciones aplazadas por la pandemia, en una época terrible en la que el Barça tiró la LaLiga con Setién y fue eliminado cruelmente en cuartos de final de la Champions League en Lisboa con el vergonzante 2-8 ante el Bayern de Múnich.
Por si fuera poco, Koeman tuvo que vivir dos crisis con el futuro de Leo Messi: la primera, con el burofax del argentino en el que pedía a Bartomeu salir y la segunda, con la renovación frustrada un año más tarde que significó el triste adiós de la leyenda azulgrana. Además, también estaba presente cuando estalló el ‘Barçagate’ y se convocaron elecciones en las que Laporta volvió a la presidencia del club.
A nivel deportivo, el entrenador ‘oranje’ no cumplió con las expectativas. En su primera y única temporada completa, el técnico se hundió en el tramo final de LaLiga y acabó tercero cuando lo tenía todo de cara para ser campeón (el Atleti alzó el título). En Europa, cayó en octavos de final ante el PSG de Mbappé con una sonrojante imagen el Camp Nou. En la Supercopa 2021, se dejó remontar en semis ante el Athletic para perder en la prórroga. En la Copa, eso sí, fue campeón tras un gran final ante los leones.
Ya en su segundo año, con Laporta en el palco y sin Messi ni Griezmann, Koeman y el equipo empezaron la caída libre, con el equipo casi fuera de la Champions en fase de grupos y novenos en Liga. En noviembre llegó Xavi tras su destitución:
«Ser entrenador del Barça es un ataque a la salud mental. Es mucho más divertido ser jugador del Barcelona que entrenador, y Xavi, como catalán e hijo del club, seguro que lo ha notado”, aseguró en una entrevista para Good Morning Eredivisie. «Es el trabajo más difícil que he hecho jamás», añadió.
