A las cinco derrotas seguidas lejos del Etihad que complican su defensa de corona en la ‘Premier’, su situación en la Liga de Campeones y provocaron la eliminación de la Copa de la Liga, le sumó el Manchester City un empate con malas sensaciones en una tarde fría y lluviosa en Londres.
Cuando tenía en su mano aumentar la presión psicológica sobre el líder, un Liverpool cuyo partido fue aplazado por el temporal, desperdició la oportunidad de ponerse a seis puntos enterrando los síntomas de recuperación mostrados en el Etihad entre semana. Lejos de su casa ha perdido la eficacia el equipo de Pep Guardiola que extiende una preocupante debilidad defensiva y comete errores impropios de su identidad, impreciso hasta con balón.
Buscó frescura Guardiola con nuevos retoques. Apostando por Savinho, tan frío como el clima y sin desborde en su partido. Cambió la demarcación de Gvardiol al centro de la zaga y situó a Rico Lewis en el lateral izquierdo. Le costó el repliegue tras pérdida con Gündogan de mediocentro de un equipo que añora la figura de Rodri. La importancia del Balón de Oro queda en evidencia en cada partido duro.
Salvó el empate Rico Lewis definiendo con calidad, a la escuadra, el pase de Bernardo Silva, pero ni la entrada de Doku aumentó el desborde tras una nueva clara ocasión marrada por Savinho que fue el desquite con la mano salvadora de Henderson. No generó más el City que ni siquiera ‘murió’ en área rival y lo hizo defendiendo, en inferioridad numérica, por una rigurosa expulsión de Lewis que protestó Guardiola en el centro del campo al colegiado a la conclusión de un nuevo partido en el que su equipo no estuvo a la altura esperada.