Inter y Nápoles se repartieron los puntos en un partido muy parejo que se decidió por los pequeños detalles (1-1). El cuadro napolitano mostró su mejor versión en el primer tiempo, mientras que los ‘nerazzurri’ fueron superiores en los segundos 45 minutos, donde incluso fallaron una pena máxima. Empate final que deja a los de Conte con el mando de la Serie A.
La primera mitad fue todo un ejemplo del manual de estilo como entrenador de Antonio Conte. El Nápoles, bien plantado defensivamente, no concedía prácticamente nada y hacía daño a través de rápidas transiciones.
El premio llegó con un gol en un saque de esquina que convirtió McTominay tras un toque de Rrahmani dentro del área. Sin embargo, al Inter no se le puede regalar ni un centímetro, y un Calhanoglu con demasiado espacio aprovechó para enviar un mísil al fondo de la red.
Tras el descanso, el conjunto ‘nerazzurri’ salió decidido a completar la remontada. Los de Simone Inzaghi empezaron a combinar con más velocidad y las ocasiones se sucedían con el paso de los minutos.
La polémica hizo presencia en el partido después que el árbitro señalara un riguroso penalti a favor de los locales. Pero Calhanoglu no estuvo acertado y se topó con la madera. Sin alteraciones en el marcador, el encuentro finalizó con un empate para que el Nápoles siga en lo más alto.
